Bueno, bueno, bueno, desde que terminamos con la boda había veces que estábamos hasta ociosos, así que, cuando volví de Múnich, necesitaba otro hobby. Como el proyecto de la pared de Alicia, estaba apuntito de caramelo, decidí añadir otro más a mi ya larga colección, porque la excusa de: «no tengo tiempo» no es gratis señores.
Entonces fue en un momento de descuido cuando decidí hacerle un requiebro a Jorge y convencerle para otro de nuestros famosos proyectos DIY. Este proyecto de «hazlo-tú-mismo-que-esta-de-moda-aunque-te-va-a-salir-más-caro-y-quizás-peor-pero-eso-sí-:-lo-has-hecho-tú-.-com», se trataba de apañar una de las habitaciones y no solo eso, sino hacerlo de un modo guay del paraguay ^^.
El proyecto de pintar, acondicionar, amueblar, decorar, etc y más etc la habitación, pasó por varias fases que intentaré resumir en varios capítulos (pero en serio, tened en cuenta que lo importante es la intención… bueno eso y ¡¡lo mono que va a quedar!! jejeje).
Así que, como se me va mucho la pinza con este tema, vi que los frisos quedaban súper bien en una habitación. Y diréis, ¿te vas a hacer un templo griego? esto… si claro… cómo no… ¡eso os pasa por no ver mi Pinterest ni el Divinity!. El caso es que el friso o, más bien, lo que yo quería hacer, era poner madera en la pared a media altura y el resto de la pared pintarlo. Yo veía a todos esos americanos y canadienses (o lo que sean) con esas casazas y piscinacas y en fin, que como con eso no podemos, pues me conformaba con tener mi friso particular y Jorge, el pobrecito mío, que se deja llevar por todos los puntos de locura habituales que me dan… pues dijo, ¿por qué no? (bueeeeeeno, vaaaaaaale, se quedó medio blanco y puso cara de susto, pero no se quejó jojojo).
Tras tomar la decisión, nos pusimos manos a la obra junto con la inestimable, y nunca bien ponderada, ayuda me mi padre (el cuál se forró la terraza de su casa de madera cuando tenía nuestra edad). Sí, no me miréis así, a ver si os creías que estas locuras que me dan salen porque sí, ¡pues no! la genética tiene mucho que decir al respecto.
Yo me pedí la parte en la que ya tenía experiencia que te pasas: pintar. Primero pintamos toda la habitación de verde suave, antes teníamos un verde fuerte (sí, uso las palabras suave y fuerte porque, según Jorge, para los hombres solo hay tres tonos de cada color: suave, fuerte y normal… no sabe de qué habla). Aquí tenéis una foto del cambio de color de la pared.
Luego cogimos y nos fuimos al Leroy a por maderas, con la suerte de que no era la única descabellada en querer poner friso y ya vendían unos listones de madera color blanco como yo quería: cortados y monísimos. Así que compramos:
- Silicona blanca.
- Cola.
- Clavos y tornillos de pladur.
- Material aislante a instalar entre friso y pared.
- Las lamas (o listones) del friso, que venían en paquetes para entre un metro y dos metros de pared.
En fins, os voy a ir poniendo fotos de cómo iban quedando los distintos pasos:
1.- Los que se ponen con listones a la pared, unidos con grapas entre ellos.
2.- Los que ya vienen las guías superior e inferior, en donde tú clavas a la pared dichas guías y colocas los listones entre ellas.
El que compramos nosotros es del segundo tipo. En la foto podéis ver cómo las guías superior e inferior están clavadas y los listones se «deslizan» entre ellas… si, es color blanco y si, está bien colocado, aunque en la foto se vea que las guías no empiezan en el mismo sitio… digamos que una habitación tiene múltiples «obstáculos».
Para colocar la guía inferior es aconsejable usar un nivel ¿nivel? ¡Pero si va sobre el suelo! Pues sí, usad nivel… digamos que nuestro suelo no es recto…
Para colocar la guía superior usad, sí o sí, un nivel, y no solo eso,procurad no ponerlo demasiado justo (intentad que sea como 1 centímetro más arriba), de esta forma os aseguraréis de que las lamas se deslizan más fácilmente (y sí, lo decimos por experiencia ¬¬).
Recordad que, una vez puestas las lamas, hay que deslizar, entre ellas y la pared, el rollo del material aislante (nosotros compramos uno que parece un parasol de coche).
También podéis ver el detalle del interruptor de la luz. Para los interruptores, tuvimos que quitar los apliques, hacer los agujeros en las lamas (o listones) del friso y volver a colocarlos por encima (y si, algo parecido pasa con los enchufes).
En el caso del radiador, optamos por coger un cajetín ya hecho en vez de hacerlo nosotros (cortar madera…) y quedó de la siguiente manera montado:
Finalmente el friso queda instalado de la siguiente manera:
Falta decir que para los remates pusimos muuuuuuucha silicona blanca,con ella tapamos los incontables agujeros que quedaban ¿que las esquinas no cuadran del todo bien? Embellecedor y silicona ¿que la pared tampoco es recta y se ve una separación? Silicona ¿que la cola que has comprado no sirve para madera? Silicona ¿que luego vas a comer y tienes las manos llevas de silicona que no se ha ido ni al tercer lavado? Usa cubiertos, que para eso están ¬¬
Poner el friso lleva su trabajo (cortar madera, medir, equivocarte, poner un clavo y que se parta una lama entera, lijar, y una largo etc), pero si tenéis tiempo, os gusta, o simplemente queréis ahorraros unos eurillos, resulta gratificante una vez está terminado
Pues nada, una vez apañada la chapa y pintura de la habitación… ¿no íbamos a acabar aquí no?
10 3 - 13Shares
Que bonito queda!!
¡Muchas gracias!, ahora a animarte tú también jiji
Pues la verdad.visto el resultado parece que no se os ha dado nada mal.
Pues hemos puesto un escritorio y todo ya verás cuando pongamos el artículo, queda cuco cuco 🙂